Cuando un caballo se lesiona de gravedad, varios factores "predisponentes" concurren a la lesión grave. Estado y cambios sorpresivos de pistas, maniobras bruscas y traumáticas durante los desarrollos de carrera, vendajes ajustados que cortan la necesaria circulación, etc. Pero casi siempre ha habido una lesión previa e incipiente, de la que el caballo ha llamado la atención con su actitud o desplazamientos, sin que nosotros o nuestro personal, hayamos prestado la suficiente atención. Manqueras o rengueras muy leves, negarse a cambiar de mano, dolores altos, leves embaraduras, excesiva fatiga, etc., inflamaciones de tendones o ligamentos.
Anormalidades en los exámenes de sangre y complementarios (Radiografías-Endoscopias, retardos en el tiempo de recuperación post ejercicios etc). Esto significa que no hemos prestado la necesaria atención a la parte más importante del entrenamiento: LA SANIDAD DEL CABALLO.
Le recomendamos enfáticamente, no olvidar ser OBSERVADOR, SENSIBLE, y sobre todo, PACIENTE.
Nunca se conforme con ver que su caballo se desenvuelve "bastante" bien, y entonces sea sorprendido por una lesión importante. HAGA EXAMINAR SU CABALLO, PERMANENTEMENTE y sobre todo, cuando la carga de trabajo del ejercicio vaya en aumento.
Permita que sus colaboradores aprendan a descubrir las lesiones que muchas veces están ocultas debajo de los vendajes protectores. Ellos, los peones y capataces, serán sus vigiladores permanentes. Enséñeles el trabajo de prevención.
No se moleste cuando los jinetes descienden del caballo después del ejercicio, y le llaman la atención sobre un mal desempeño durante el mismo; ellos siempre tendrán razón, porque vienen sentados sobre los caballos y lo notan, igual que usted nota, las vibraciones de la dirección de su auto cuando esta desbalanceado.
No trate de hacer desaparecer los pequeños dolores con analgésicos. Lo que lograra es dejar satisfecho al jinete, pero exponiendo a mayor daño a su caballo por la pérdida de dolor, que es su única forma de defensa.
Si cree que el jinete es poco experimentado, haga montar el caballo por otro jinete de más experiencia, al que seguramente le va a creer.
Estos consejos, son una pequeña parte de la PACIENCIA que deberá tener en la práctica de su profesión.
Si es propietario dele a su entrenador, la confianza y el tiempo necesarios para superar estas situaciones y otras que inexorablemente vendrán. Si lo presiona por el dinero invertido, recuerde que cuando el caballo se lesione seriamente, los gastos y el tiempo de cura, serán mucho mayores, y sus ilusiones de verlo correr se esfumarán.
*Fundador y director del Instituto de Enseñanza del Caballo de Carreras, el autor es entrenador de SPC e internacionalmente reconocido médico veterinario y profesor que ha ejercido durante 30 años docencia en la UBA. Actualmente es el formador oficial de entrenadores de SPC en la Argentina.
Foto: Esteban Gagliardi |
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