¿Cómo saber si
mi caballo tiene un dorso sano?
Pocas veces nos preocupamos por el dorso
de nuestro caballo, siendo una de las partes más importantes para su
rendimiento, su andar y su estado anímico.
El dolor de dorso puede ser muy difícil
de tratar, sobre todo si no se detecta a tiempo.
Este tipo de dolor puede ser por varias
razones, las principales son:
Mala conducción técnica, es decir
no acompañar al caballo en sus aires.
Manos pesadas, unas manos muy fuertes
ocasionan dolor de boca, lo que repercute en que el caballo levante el cuello y
al levantar el cuello, tensa el dorso.
Dolor superficial, éste es ocasionado
por una mala montura, por una montura no acorde al tamaño del animal o la mala
colocación de ella. El ajuste inadecuado de la montura puede provocar dolor
inmediato, agudo, crónico o daños a largo plazo. También hay que tener cuidado
con los suaderos o mantillas sucias, las cuales irritan el cuero del animal
aumentando la posibilidad de heridas.
Falta de condición física, tanto
muscular como aeróbica. Un caballo que no es atléticamente apto puede
experimentar dolor de dorso.
Exceso de trabajo o exigirle de más al
caballo.
Cambios físicos en el animal durante el
año.
Accidentes tales como pasos en falso,
saltos sin estar bien colocado, desequilibrios, malas reuniones, lados
incorrectos, entre otros, pueden presentar tensión en el dorso.
Dolor en otra parte del cuerpo lo que
hace que el caballo modifique su andar, haciendo que el dorso se mueva
diferente y acabe acumulando tensión lo que produce dolor. Dolores musculares o
de vértebras, ligamentos, articulaciones o cascos pueden contribuir al dolor.
Cambios drásticos en los terrenos de
trabajo sobre todo si no se hacen con gradualidad pueden ocasionar dolor de
dorso.
¿Cómo saber si
mi caballo tiene dolor?
Pasa tu dedo pulgar a un lado de la cruz
y tus dedos índice y medio del otro lado, desde ahí hasta el inicio de la cola
irás presionando suavemente sin dejar el movimiento hacia atrás, es decir hacia
la cola. En seguidas repeticiones aumentarás gradualmente la presión, hasta
llegar a una presión considerablemente fuerte, recordando que es normal que un
caballo arqueé ligeramente la espalda en algunas áreas del recorrido.
Los signos para reconocer un dorso
lastimado son:
Áreas de calor a lo largo del dorso.
Contracturas musculares (leves
elevaciones musculares) sobre el gran dorsal.
Arqueándose de más al pasar los dedos o
al aumentar la presión.
Rigidez, resentimiento o defensa en un
determinado punto, llamado “punto caliente”. Por ejemplo; alejándose o
defendiéndose con una mordida, patada o empujándote con la cabeza.
Si sospechas un problema, llama a tu
veterinario de confianza y que le haga una revisión completa al animal.
Recuerda que la mejor medicina o tratamiento es el que tu puedas prevenir.
Un buen veterinario puede pedirte:
Examinar tu montura, su colocación y su
ajuste.
Te pedirá paso, troté y galope, así
mismo subir y bajar una pendiente e inclusive cambiar de terreno.
Muestreo sanguíneo pre y post ejercicio
para descartar daño muscular.
Posiblemente y en algunos casos rayos X, gammagrafía
para detectar zonas calientes y estimulación eléctrica para detectar zonas de
dolor.
¿Cómo tratarlo?
El mejor tratamiento es el descanso que puede ser de
semanas a meses, dependiendo el caso.
Igualmente puede incluirse terapia de masaje,
quiropráctica, ultrasonido, acupuntura, así como ejercicios controlados, en
ocasiones se recomiendan anti-inflamatorios y alangésicos pero éstos deben ser
siempre recetados por el médico veterinario de confianza y en algunos casos se
hace uso de la cirugía.
¿Cómo
Prevenirlo?
Lo primero es asegúrese de eliminar de raíz el
problema para que no se vuelva a presentar.
Cerciorarse de que la montura, cincho, cabezada y el
freno o filete sean los correctos para el animal y estén correctamente
colocados.
Masajear al caballo después de haberlo trabajado.
Hacer estiramientos de dorso antes de trabajarlo y
elongaciones después del trabajo y posteriormente enfriarlo.
Acompañar al animal en sus aires (paso, trote y
galope) y ser suave de manos.
Si el caballo es de dorso delicado, se recomienda usar
salva cruces, salva dorsos o doble carona.
Lavar las caronas y mantillas por lo menos cada
semana.
Hacer ejercicios para lograr la correcta musculación
del dorso del animal.
Si la causa fue exceso de trabajo (estrés) o lesiones,
el retorno al trabajo debe de ser gradual.
Por: Pablo Rojas.
Director Método Roma
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