Lima, 02 de febrero de 2014
Hipódromo de Monterrico – Perú
Lo más resaltante de este fin
de semana en el Hipódromo de Monterrico, fue lo acontecido en la tercera
carrera del día sábado realizada en la pista de césped. En la recta del frente,
entre los postes 7 y 8 se suscitaron una serie de estorbos, caballos abriéndose
y otros ocasionando contratiempos dentro del lote de avanzada, parecía una
carrera de autos chocones que a Dios gracias no paso a mayores. Desde las tribunas muchos seguían el
acontecimiento con sus binoculares de marca y otros con binoculares prestados,
que también tenían su marca, mientras que expectante y esperando la llegada, apreciaba
las imágenes en la pantalla gigante.
No tardaron en llegar los jinetes
a la balanza de reglamento apenas cruzada la meta y, sus comentarios eran el
mismo; al unísono cual coro de iglesia
dominical decían – La curva está muy cerrada y la baranda está mal puesta -. Uno
a uno los jinetes fueron ingresando al túnel con dirección a los camerinos,
pero fueron los más experimentados los que se comunicaron vía teléfono con los
comisarios y dejaban sus impresiones de la pista a través del hilo óptico. Segundos
más tarde estos mismos jinetes encabezados por David López, Carlos Trujillo y Carlos
Javier Herrera se dirigieron a las oficinas del comisariato y conversaron largo
y tendido sobre el tema. Era evidente que había ocurrido un mal cálculo y se había
creado una especie de embudo, en donde si uno corría derecho, pegado a la
baranda, esta llegaba a un punto en que
se abría y el binomio corría el riesgo de estrellarse de frente. Advertidos sobre
lo acontecido, los comisarios accedieron a retirar las barandas apenas
terminada la última carrera en el césped, y este domingo la pista estuvo
abierta en toda su dimensión. Pero aquí no termina la historia, pues nuevamente
en la tercera carrera de la tarde dominical, el Jinete Juan Eugenio Enríquez
quien venía atropellando con Teatro Clásico, casi sufre una aparatosa caída,
cerca del poste 2, lugar donde se encontró con una trampa de arena, un hueco
que había sido rellenado y que el caballo piso con tanta fuerza que si no es
por la rápida reacción de su jinete que levanta la cabeza del ejemplar, la
historia habría sufrido un trágico final.
Es evidente que la pista de césped
no es la mejor del continente ni la peor, pero si necesita de un adecuado
mantenimiento, habría que cerrarla y levantar todo el terreno, afirmándola y
sembrando el césped de manera adecuada, ayudada con tecnología de punta,
colocando peroles en las curvas y aspersores para un riego tecnificado y no por
inundación como la actual, en que trae consigo no solo semillas de mala yerba,
sino, hasta desperdicios. No queremos echar leña al fuego ni hacer ella del árbol
caído, solo diremos que SI SE PUEDE, …SI SE QUIERE.
Por: Esteban Gagliardi
Foto: Esteban Gagliardi |
No hay comentarios:
Publicar un comentario