Lima, 25 de octubre de 2013
La tarde del fin de
semana fue terriblemente empañada por el ataque de un feroz tigre que no era ni
asiático ni de bengala, pues tenía un color gris con líneas negras, pero incito
el terror a causa de su tamaño y envergadura que lo mostraban muy poderoso y
muy fiero. Este macabro hecho se suscitó
al darse la partida en el clásico del año sobre la pista de césped y arena, el
cual había concitado una enorme cantidad de espectadores, los cuales nunca
olvidaran este hecho que quedará en sus retinas y en la analogía del tiempo.
Al pasar por primera
vez por la meta, todos los caballos guiados por sus jinetes pugnaban por
ubicarse cerca de los palos y acortar distancia, para luego de dar una vuelta al ovalo verde, deberían salir
hacia la de arena y culminar el recorrido de los 3400mt, cuando de pronto el
potrillo Lénderix quien se encontraba en
el medio del lote, al parecer habría pisado un hueco quedando sentido, lo que
obligo a su jinete a detener la marcha. Las miradas seguían atentas al lote de
avanzada mientras algunos otros retrataban las imágenes del caballo rezagado. Por
la alta voz se escuchaba el desarrollo de la carrera y el narrador apenas insinuó
el retiro del ejemplar mientras seguía luchando por mencionar correctamente los
nombres de los que ya entraban en la recta del frente.
Un rugido enmudecía
los gritos y las arengas del respetable y mientras los niños chillaban
despavoridos, atónitos e inmersos quedamos los que asistimos al coloso al ver
que de pronto saltando la verja que divide la pista de arena de la del césped, apareció
un inmenso tigre plomo con rayas negras para reclamar cual trofeo las ancas de
Lénderix, el suculento manjar que entre sus garras debía obtener para saciar su
hambre. El potro por ser un animal que por instinto huye de los depredadores, percatado
del peligro y desbocado emprendió la huida, sin importar siquiera la lesión que
lo aquejaba, mientras el jinete, concluía en agarrarse firmemente, pues el
temor también lo había acorralado, sintiéndose amenazado por tan fiero y
monstruoso animal – luego del hecho el jinete mal herido confeso que no tuvo más
remedio que seguir corriendo pues si no lo hacía, él hubiera sido la presa del fiero
tigre de color gris con rayas negras.
Lénderix con suerte
pudo salir del peligro con vida, pues la rápida acción de los comisarios, quienes
levantaron un reclamo de oficio, anuló de inmediato la carrera y solicitaron
las garantías a los jueces de pista para que el Tigre sea retirado del terreno.
– Es imposible que permitamos estos hechos tan crueles e inhumanos, y por más
que el Tigre quisiera atacar al caballo y a su jinete, este no debía correr con
una lesión que lo podría sacar de por vida de las canchas – declaro a la prensa
especializada el presidente de la junta de comisarios.
No faltaron los
reclamos y los gritos de aquellos quienes envalentonados con unos tragos,
enfilaban sus más sazonados insultos al Fiero y poderoso Tigre Gris de rayas
negras, que al verse descubierto y avergonzado por la lesión que le habría ocasionado
al potro, no pudo consumar su crimen y huyó despavorido y rugiendo y amenazando
a todo aquel que le salía a reclamar.
Luego simplemente desperté
de mi sueño y vi que algo de realidad habría en él, solo habría que saber quién
es el Tigre para desterrarlo sin ningún temor.
Por: Esteban Gagliardi
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